Comparo los amores con el alcohol. Al principio, es algo apetecible, algo que te hace sentir en una situación comoda, eres consciente con todo lo que vives o haces, y sin darte cuenta, pierdes la cabeza pero eres feliz como actúas, hasta que cuando te quieres dar cuenta, eso que tanto te dió a sentir, te ha quedado hecho pedazos. El amor no es más que otra droga, otra droga que te engancha y te destroza, pero, ¡Ai! que bonito es sufrir por amor.
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